Individualismo y Trabajo Grupal
Este ejercicio de trabajo en equipo ayuda a comprender cómo la actitud individualista de las personas puede dificultar el logro de los objetivos compartidos[i]. Su desarrollo permite desvelar la característica principal de un equipo de trabajo: la meta compartida.
Y es que sin objetivo común no hay trabajo en equipo. Esta es la primera lección a incorporar cuando se quiere construir un equipo de trabajo.
Por tanto, la práctica puede ser llevada a cabo en situaciones muy diversas. Desde cursos de formación sobre equipos, hasta el entrenamiento de su propio grupo de trabajo.
También en el contexto de la atención al cliente, donde parte de las situaciones y problemas requieren de una solución compartida por distintas personas que, individualmente, no tienen la respuesta; pero sí si cada una de ellas aporta su parte de solución: su pieza, necesaria para construir el conjunto.
Igualmente, ilustra el valor del trabajo en equipo y sus dificultades para alcanzar el objetivo del equipo. Por tanto, el espectro para el desarrollo de esta actividad es muy amplio.
Ejercicio de Trabajo en Equipo. Procedimiento de la Actividad
Tiempo requerido: 30 minutos.
Objetivos:
- Comprender el fundamento del trabajo en equipo: una meta común.
- Explicar la forma en que las actitudes personales condicionan la consecución del objetivo del equipo.
- Percibir la tendencia a no compartir información y cómo afecta al trabajo en equipo.
- Examinar el efecto a atender a normas no escritas.
- Estimular actitudes positivas de colaboración hacia el trabajo en equipo.
Material requerido:
- Juego de cuadrados (según la siguiente figura).
- Instrucciones para participantes y observadores.
Desarrollo
- Se preparan cinco cuadrados de 10 centímetros de lado, cortándose tal y como se muestra en la figura. A cada pieza se le asigna una letra.
- Se introducen las piezas en cinco sobres, según la siguiente distribución:
- 1.- I, H, E.
- 2.- A, C, C, J.
- 3.- C, C, D.
- 4.- A, G, C.
- 5.- B, D, F.
- Se forma un grupo de cinco personas, que serán las participantes en el juego. Se sientan alrededor de una mesa y se les distribuye los cinco sobres. También una hoja de instrucciones para cada una de ellas (ver “Instrucciones para Participantes”).
- El entrenador lee en voz alta las instrucciones para los participantes. Al mismo tiempo coloca una subcarpeta delante de cada uno de ellos de manera que impida que sus piezas sean vistas por los demás. Si alguien le pregunta por la carpeta (que debe ser tal que oculte las piezas de cada jugador) solo responderá que en las instrucciones está todo lo que se debe saber sobre la actividad.
- Posteriormente, se distribuye la hoja “Instrucciones para Observadores” entre el resto de las personas.
- Se asigna un tiempo de 10 minutos para completar el objetivo del equipo.
- Finalmente, se anima al resto de las personas para que observen el desarrollo del juego y los comportamientos y actitudes de los participantes.
Discusión
Generalmente, el objetivo del grupo no se alcanza. Iniciar tras el juego una discusión asegurándose que se tratan los siguientes puntos:
- ¿Cuál era el objetivo del equipo? ¿Se confundió con el objetivo individual?
- ¿Puede impedir una solución individual la solución del equipo?
- Tendencia a acumular piezas y ocultarlas ¿Por qué ese comportamiento?
- ¿Por qué se mantiene la carpeta delante de cada jugador si las instrucciones no lo especificaban?
- Cómo la atención a normas no escritas impide el correcto funcionamiento.
- ¿Qué consecuencias tiene atender a normas no escritas en la resolución de problemas?
- ¿Cómo se han sentido los participantes?
Instrucciones para Participantes
Cada integrante del grupo recibe un sobre que contiene un número de piezas.
El objetivo es que cada participante componga un cuadrado, teniendo en cuenta que todos los cuadrados han de ser iguales.
Normas:
- No se puede hablar durante la actividad.
- No está permitido intercambiar señales con las manos.
- Las piezas que un jugador estime que no necesita, se pondrán en el centro de la mesa.
- No se pueden quitar las piezas de los demás participantes.
- Las piezas del centro de la mesa sí pueden ser recogidas por cualquier participante.
Instrucciones para Observadores
El objetivo principal es comprender el trabajo en equipo y la dificultad que suponen las actitudes individualistas.
Este juego solo se soluciona si, con una actitud de equipo, los participantes van dejando las piezas en el centro de la mesa y, a partir de ahí, se forman los cinco cuadrados.
Sin embargo, es muy poco frecuente que esto suceda así.
El individualismo nos impide ceder piezas. Esperamos que los demás las cedan antes de hacerlo nosotros. Aunque tengamos más piezas de las necesarias.
Cuando creemos que hemos realizado un cuadrado, nos relajamos y miramos a los demás con complacencia. Nos hemos olvidado de que el objetivo se consigue cuando todos han acabado sus cuadrados y estos, además, son iguales.
Pero, además, nuestra solución particular puede impedir la solución del problema. O sea, ni resolvemos ni dejamos resolver.
Hemos puesto una cartulina delante de cada jugador. Esto no está especificado en las instrucciones y además es muy incómodo. Sin embargo, normalmente nadie la quita. Y es que no queremos ceder información ni espacio a los demás. Esta actitud dificulta enormemente el logro del objetivo.
Así somos las personas, tan individualistas que nos privamos de las ventajas de trabajar en equipo. El primer paso para corregir este hecho es ser consciente de él.
[i] Este ejercicio es una variante del propuesto originalmente por Lucian Albert y Pierre Simon, en su libro “Las relaciones interpersonales”. La formulación que aquí se presenta varía sustancialmente tanto en procedimiento como en los objetivos que, si bien incluyen percibir nítidamente el significado del trabajo en equipo, se orienta hacia aspectos relacionados con la atención al cliente. (Albert, L. y Simon, P. (1989). Las relaciones interpersonales. Barcelona: Editorial Herder).