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El Nuevo Liderazgo: Transformacional versus Transaccional

por | 17-11-2023 | Estilos de Liderazgo, Liderazgo

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5 minutos

El término «nuevo liderazgo» ha emergido como un enfoque en la toma de decisiones y la influencia. Este concepto es más que una mera etiqueta. Reformula una visión adaptativa hacia la dirección y motivación de las personas, así como la gestión de situaciones críticas.

En este artículo, exploramos las facetas clave de este nuevo liderazgo y analizamos sus principios fundamentales. También, examinamos cómo redefine la esencia misma de liderar en un mundo en constante cambio.

Liderazgo como Proceso: el Enfoque del Nuevo Liderazgo

No cabe duda de que el liderazgo es un proceso complejo compuesto por tres elementos: la conducta del líder, la relación líder-seguidores y el contexto en que se desarrolla el proceso. Este último tiene implicaciones importantes al plantear que los procesos de liderazgo se llevan a cabo en ámbitos que exceden el binomio líder-seguidores.

En la gestión de estos procesos, se pueden aplicar enfoques diversos, si bien aquí nos centraremos en el que hemos denominado nuevo liderazgo. Este se vincula fuertemente con el liderazgo transformacional, cuyos principios se analizan genéricamente en este otro artículo.

Se pueden describir el liderazgo transformacional y el transaccional como parte de un continuum. De modo que el liderazgo transformacional se situaría en un extremo; en el otro, el laissez-faire que, en realidad, supone un no-liderazgo. Entre ambos se encontraría el liderazgo transaccional. En términos generales, la característica primordial del liderazgo transaccional es el intercambio entre líderes y seguidores. De este modo, el líder se acerca a los seguidores con la intención de intercambiar una cosa por otra.

Así, en el entorno organizacional, una remuneración extra por el logro de objetivos es un práctica de liderazgo transaccional. Al igual que la promoción profesional por alcanzar un rendimiento óptimo sostenido.

En el dominio político, un ejemplo es conseguir el apoyo dentro del partido ofreciendo a un grupo de personas algún tipo de beneficio. Este puede ser posicional, simbólico o de otro tipo. También, más en positivo, un líder local que consigue inversiones para la ciudad y espera conseguir votos por ello está utilizando un estilo transaccional.

Al establecer una relación fundamentada en el intercambio de beneficios mutuos, el enfoque transaccional utiliza mecanismos de negociación y de acomodo de intereses.

Continuo de Liderazgo Transformacional, de Bernard M. Bass (1985)

El Liderazgo Transformacional

Por su parte, el liderazgo transformacional permite que surja en los seguidores la conciencia sobre lo que es importante. Impulsa así el compromiso con la visión dibujada por el líder. Incluso al margen de los objetivos personales, centrándose en el interés común desde una perspectiva ética y moral. Apela a grandes valores, remitiendo a la memoria colectiva y la emoción. Así es como se hace posible establecer vínculos más fuertes entre el líder y los seguidores, al contrario que el liderazgo transaccional. Esto requiere más legitimidad del líder, siendo especialmente apropiado para contextos de cambio y crisis.

Lo anterior no quiere decir que haya que descartar el liderazgo transaccional; este es adecuado cuando se quieren abordar cambios menores, aunque necesarios, en una comunidad. Sin embargo, el liderazgo transformador está más indicado cuando se trata de enfrentar retos estructurales.

Visión y Gestión del Cambio

Como hemos visto, los ingredientes esenciales del nuevo liderazgo (carismático y transformacional) son el carácter simbólico y emocional (en vez de racional y calculador) que se otorga a la conducta y atributos del líder. Este actúa como un gestor de significados, definiendo la realidad, articulando una visión y alineando a los seguidores para lograr metas comunes y objetivos elevados.

Desde esta idea central, el concepto de visión adquiere una particular importancia al ser el líder quien traslada a los seguidores las metas, con el objeto de movilizarlos hacia su alcance. Es este objetivo el que compromete a líder y seguidores, el que los vincula y une en pos de su consecución.

En primer lugar, un líder es un gestor del cambio. Es la primera función del liderazgo: conducir a la organización, o a la sociedad, hacia nuevos destinos. Para ello es necesario visualizar esos destinos.

Qué Significa ‘Visión’

De modo claro y sucinto, podemos definir visión como aquella imagen de un futuro posible. Un porvenir que se manifiesta mediante un conjunto de expectativas, esperanzas y aspiraciones compartidas.

Pero esa visión ha de ser oportuna, es decir, corresponderse con la realidad y ser factible. Tenemos, así, dos aspectos a tener muy en cuenta: perfilar el futuro y desarrollar la ruta para conseguirlo.

Así, para ajustar la idea de alguien que se adelanta a su tiempo, que tiene visión de futuro, es indispensable establecer los itinerarios. Es decir, la ruta y formas de alcanzarla. Es entonces que la visión se traduce en metas y objetivos de distinto nivel. Por tanto, es preciso fijar también objetivos de nivel inferior que permitan el logro de las metas de nivel superior. Este es el pensamiento estratégico que hará posible desplegar la visión.

Visión que ha de ser transmitida, porque si no se comunica, no existe. Por tanto, el líder ha de ser capaz de realizar una comunicación clara y simple. Así podrá proporcionar inspiración y compromiso, siendo capaz de evocar en los seguidores estados futuros atractivos. Para ello se utilizan imágenes y narraciones que despierten emociones positivas; que trasladen motivación, optimismo y entusiasmo.

Un Apunte sobre el Liderazgo Político

Para el líder político, la visión ha de estar en consonancia con las aspiraciones del electorado, como agente o actor social al que pretende liderar. Recordemos aquí la función de impulso político, en su faceta de diagnóstico (expuesta en en este otro artículo). Porque el liderazgo político debe estar fundamentado en el conocimiento de la realidad, circunstancias y preocupaciones del ámbito sobre el que se proyecta.

Este conocimiento ha de venir, en buena medida, de la experiencia del líder, del bagaje sociocultural adquirido a lo largo de su vida.

Y, por supuesto, del contacto con la ciudadanía y grupos con intereses legítimos presentes en el ámbito o dominio político del líder. Porque es indiscutible que debe conectar con bases de la población lo más amplias posible. Es decir, extender el liderazgo, captando seguidores, comprometiéndolos con el proyecto, ilusionándolos e implicándolos en el logro de la una visión inspiradora, desafiante y atractiva.

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