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En este artículo, nos centramos en los atributos del liderazgo político, examinando la complejidad de identificar rasgos distintivos.
Desde la perspectiva del modelo Big Five hasta la influencia de la similitud de personalidad en las preferencias de los votantes, exploraremos cómo el contexto y la ideología política impactan en la percepción del liderazgo.
Además, discutiremos las dimensiones clave identificadas por Kinder en la década de 1980 que construyen la imagen de un líder político. ¿Cómo se imbrican estas dimensiones en la dinámica líder-seguidor? Acompáñanos en este análisis detallado de las complejidades que subyacen al liderazgo político.
Por ejemplo, al utilizar el modelo de personalidad Big Five [1] se ha encontrado [2] que los votantes prefieren políticos estables, extravertidos y asertivos, más conscientes, abiertos y honestos. No obstante, estas preferencias estaban influidas por la similitud con la personalidad de los propios votantes. Es decir, la semejanza permite la identificación con el candidato o candidata, lo que pone de manifiesto la dificultad de elaborar una relación universal de rasgos de liderazgo.
Por otra parte, e incidiendo en la plasticidad de los rasgos personales de los líderes y la dependencia de su éxito según el contexto y las características de los seguidores, son numerosos los estudios que asocian rasgos diferentes en función de la ideología del político. Así, se ha sugerido que el público asocia con menos frecuencia a los políticos conservadores con los rasgos de compasión y empatía, pero más frecuentemente con la moralidad, entendida como cumplimiento del deber.
Otros análisis apuntan a que los votantes progresistas prefieren a políticos agradables y abiertos en mayor grado que los votantes de derechas.
Por otra parte, se ha informado de que estos últimos (derechas) prefieren a políticos más “maquiavélicos” (astutos, menos amables y menos honestos) y con impulso de logro (comportamiento vigoroso y dominante). Igualmente, se ha mostrado que las personas conservadoras dan más valor a candidatos poderosos y con un liderazgo fuerte (extrovertidos y asertivos). A su vez, las progresistas tienden a valorar la calidez, la empatía y la compasión (amabilidad) [3].
Lo que sí parece más que razonable afirmar es que la imagen de un líder político se construye sobre la base de las percepciones que provoca en distintas dimensiones. Entonces, la cuestión es, ¿cuáles son estas y cuán relevantes son?
Una vez más, el número de dimensiones difiere según autores, al igual que su precisa caracterización, siendo quizá las investigaciones más interesantes las llevadas a cabo en la década de 1980. Así, Kinder [4] identificó un conjunto de atributos y los agrupó en varias dimensiones que constituirán la base de la construcción del liderazgo político.
La tabla siguientes presenta estos atributos del liderazgo político, tanto en positivo, como reflejando sus contrapartes en negativo.
| Dimensión | Atributos | Contrarios |
|---|---|---|
| Liderazgo | Fuerte Genera respeto Inspirador | Débil Sin dirección Fácilmente influenciable |
| Integridad | Decente Moral Modelo (es un buen ejemplo) | Desmedida ambición de poder Deshonesto Mentiroso |
| Empatía | Compasivo Amable Genuinamente interesado | Injusto Distante No nos entiende |
| Competencia | Inteligente Experto Trabaja duramente | Muchos errores Sin cualificación Poca experiencia |
Lo anterior es una muestra de dimensiones de liderazgo con la que, en general o parcialmente, incluyendo otros atributos o etiquetándolos bajo denominaciones alternativas, coinciden distintos autores.
Si partimos de estas dimensiones, podemos trazar dos grandes ejes: integridad y competencia. El primero (integridad) más referido a las tareas, alcance de metas, cumplimiento de objetivos y a la capacidad de organizar grupos (tengamos en cuenta en este sentido la importancia para el líder político de crear redes de apoyo que faciliten los recursos necesarios para su actividad). El segundo (competencia), más dirigido hacia las personas y los grupos a los que se desea motivar.
| Dimensión de Integridad | Dimensión de Competencia |
|---|---|
| Atributos situacionales | Cualidades personales |
| Capacidad de formar equipos Capacidad para solucionar la crisis económica Propuestas para solucionar el problema del desempleo Su compromiso con los problemas del país | Honradez Sinceridad Coherencia |
| Biografía política | Percepciones generadas |
| Experiencia de gobierno Experiencia política | Cercanía Confianza Visión de futuro Capacidad de comunicar con la gente |
| Eficacia profesional | |
| Capacidad para solucionar los conflictos Capacidad para lograr acuerdos Inteligencia Capacidad de gestión |
Como afirman Crespo y Mora, si el liderazgo está compuesto por ambas dimensiones, el éxito consistiría en mantenerlas equilibradas. Estos autores distribuyen una serie de atributos en cada una de ellas, agrupándolos a su vez en:
En la tabla anterior se expone en detalle la estructura de las dimensiones de liderazgo utilizada en su estudio sobre la elecciones de 2011 en España [5]. En ella puede apreciarse que aparecen tanto elementos conductuales (qué comportamientos efectúa el líder), como de tipo situacional-contingente (depende de la situación). Es decir, atributos importantes desde el punto de vista del contexto en el que se sitúa el líder (capacidad para solucionar problemas concretos, como la crisis política, social y económica, o el desempleo).
En cuanto a los resultados de esta investigación, sus conclusiones aportan un punto de vista valioso para precisar el peso de cada dimensión y de cada atributo. Sin embargo, hay que considerar el escenario en que se lleva a cabo, el país y los candidatos y candidatas [6].
En primer lugar, comprobaron que los atributos situacionales fueron los que tuvieron mayor influencia, lo que nos lleva a incidir una vez más en el contexto como variable moderadora del liderazgo; en este caso, una competencia electoral donde la economía centró la mayor parte del debate político en un entorno de crisis económica.
Por otra parte, de los atributos del liderazgo político, el referido a la confianza fue el que obtuvo más peso en ese contexto electoral, confirmando lo que ya se apunta desde los estudios sobre el comportamiento político y la persuasión. Sobre esto, los autores infieren explícitamente: “lo emocional juega un papel creciente en los procesos de elección, frente a los aspectos más racionales”.
Con relación a las dos grandes dimensiones, la de competencia tuvo un mayor efecto que la de integridad en la percepción de liderazgo. Así, la dimensión de competencia es la más influyente para que un líder sea considerado como tal. Y, una vez consolidado ese liderazgo, los atributos de la dimensión de integridad son los más influyentes en la respuesta electoral; sobre todo aquellos relacionados con la capacidad para responder adecuadamente a los problemas del contexto. Equilibrio, por tanto, para ambas dimensiones.
[1] El modelo de los cinco factores de personalidad (Big Five), integra los resultados de cientos de estudios llevados a cabo durante décadas. Su taxonomía describe las características de personalidad de los individuos. La denominación de estos cinco factores varía según los distintos autores, si bien la más utilizada en español es la siguiente: estabilidad emocional, extraversión, apertura a la experiencia, amigabilidad y conciencia.
[2] Aichholzer, J. y Willmann, J. (2020) Desired personality traits in politicians: Similar to me but more of a leader. Journal of Research in Personality, Volume 88, 2020. Doi: 10.1016/j.jrp.2020.103990.
[3] En Aichholzer y Willmann, 2020.
[4] Kinder, D. (1986). Presidential Character Revisited. En: Lau, R. y Sears, D. (ed.), Political Cognition. Hillsdale: Lawrence Erlbaum Associates.
[5] Crespo, I. y Mora, A. (2015). Los efectos del liderazgo en el comportamiento electoral en las elecciones de 2011 en España. La influencia de los atributos. Elecciones, 2015, enero-diciembre, vol. 14, N.º 15, pp. 145-170.
[6] Los líderes objeto de estudio fueron Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE) y Mariano Rajoy (PP)
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