El Marco de la Teoría de la Equidad
La Teoría de la Equidad (Adams, 1963[1], 1965[2]) explica la influencia que la percepción de un trato justo tiene en la motivación de los individuos. O, desde otro punto de vista, en su desmotivación.
Las personas tendemos a compararnos con los demás, con las situaciones de otras personas, dentro y fuera del trabajo. Así, conformamos una percepción sobre lo que es justo o injusto.
Si el resultado de la comparación es entendido como justo, es más probable que las personas se sientan motivadas. Al contrario, cuando perciben que son tratadas injustamente, aparece tensión y desmotivación.
En definitiva, al compararse con otros, las personas desean ser tratadas justamente por sus contribuciones a la organización. Y las creencias con relación a lo que es justo e injusto pueden afectar su motivación, actitudes y, por tanto, a sus comportamientos en el trabajo.
La teoría de la equidad es aplicable a toda situación en la que se produce un intercambio. No solo en el ámbito laboral. Cuando dos personas intercambian algo, existe la posibilidad de que una, o ambas, sientan que el intercambio fue injusto
Es de interés mencionar que la teoría de la equidad se relaciona con otros enfoques de la motivación, como la Jerarquía de las Necesidades, la Teoría de los dos Factores y la Teoría de las Expectativas.
Situándonos en la Teoría de la Equidad
Antes de continuar, lea estos ejemplos, que describen situaciones en las que la percepción de equidad se ve afectada en función de dos referentes distintos. Más adelante podrá identificar a cada uno de ellos.
El Modelo Teórico
Percibimos lo que obtenemos del puesto (salidas) como consecuencia de nuestras contribuciones a la empresa (insumos).
Después, comparamos nuestra relación salidas-insumos con la relación salidas/insumos de otras personas (referentes) en similar situación.
Si como resultado de la comparación percibimos que nuestra relación salidas/insumos es igual a la de las personas de referencia, entendemos que nuestra situación es justa, de equidad.
Según la teoría de la equidad, una persona percibirá un trato justo si considera que la relación entre los resultados que obtiene (salidas) y sus contribuciones (insumos) es equivalente a la de las personas de referencia (referentes)
En caso de que el resultado se perciba como una relación desigual, consideramos que la situación es injusta, de inequidad. Esta inequidad puede ser negativa, cuando el balance es perjudicial para el individuo; o positiva, cuando es favorable.
De este modo, el sentimiento de injusticia genera tensión y, a medida que la desigualdad aumenta, la tensión aumentará. Y es esta tensión la que impulsa al individuo a actuar para corregir la situación.
¿Con quienes se establecen las comparaciones? Los Referentes
¿Quiénes son los referentes? Las personas con quienes el individuo hace la comparación.
Desde el punto de vista de la teoría de la equidad, hay cuatro grupos de referencia para realizar las comparaciones:
- Auto-Interno: La experiencia de la persona, en puestos diferentes, dentro de su organización actual.
- Auto-Externo: La experiencia del individuo en otras organizaciones en las que trabajó.
- Otros-Interno: Personas, o grupos de personas, en la actual organización del individuo.
- Otros-Externo: Personas, o grupos de personas, en organizaciones distintas de la que trabaja el individuo.
Ahora, responda a esta pregunta: sobre la base de esta clasificación de referentes ¿Con qué grupos de referencia se comparan los protagonistas de los ejemplos 1 y 2 expuestos anteriormente?
Salidas e Insumos
Las entradas se definen como las aportaciones que hace el individuo a la organización. Y así, el producto de ellas, lo que recibe, son las salidas o resultados. Son múltiples los componentes que pueden considerarse como entradas o resultados. Además, la significación de cada uno de ellos es subjetiva, lo que dificulta su determinación de forma exacta.
Insumos (contribuciones) | Salidas (resultados) |
---|---|
Esfuerzo | Salario |
Habilidades | Incentivos económicos |
Capacidad de trabajo | Estatus |
Rendimiento | Reconocimiento |
Lealtad | Reputación |
Compromiso | Responsabilidad |
Adaptabilidad | Sentido de logro |
Flexibilidad | Elogios |
Aceptación de otros | Estímulo |
Determinación | Desarrollo de carrera |
Entusiasmo | Beneficios sociales |
Sacrificio personal | Seguridad en el empleo |
Confianza en los superiores |
En síntesis, los resultados son las recompensas que recibe un individuo por sus insumos. Pueden incluir tanto salario como incentivos, beneficios sociales, estatus… En general, tanto recompensas extrínsecas, como intrínsecas. Es así que el valor de los resultados lo determina el individuo.
Así, una persona en concreto puede considerar su titulación académica como más valiosa que la de otra. O calificar como valioso un horario fijo y sin desplazamientos a otras ciudades, más que los ingresos superiores de otro compañero que se desplaza a otras ciudades con frecuencia.
El individuo calcula así los valores subjetivos de insumos y resultados; y luego los compara con los cocientes de los demás referentes para determinar si la situación es equitativa.
Mecanismos de Reducción de la Inequidad
Una vez que se percibe inequidad, se genera tensión que, al mismo tiempo, impulsa al individuo a poner en marcha mecanismos que reduzcan tal tensión. Por ejemplo, hay dos tipos de mecanismos que se aplican para restablecer la equidad: conductuales y cognitivos.
Mecanismos Conductuales
Estos mecanismos hacen referencia a los comportamientos dirigidos a modificar los insumos o los resultados del individuo. Estas conductas pueden ser positivas o negativas.
Por ejemplo, al percibir una inequidad negativa el individuo puede reducir sus insumos o contribución, disminuyendo la productividad para así resultar en un balance más equilibrado entre lo que aporta y lo que recibe. En este caso, reduce su aportación.
También puede suceder que se sienta sobre recompensado. Entonces, puede incrementar su contribución, mediante más esfuerzo o mayor calidad en su trabajo, por ejemplo. Aumenta así los insumos.
De modo que, en ambos casos, la insatisfacción con la inequidad percibida lleva a reducir o aumentar, respectivamente, las contribuciones para alcanzar la equidad.
Hollinger y Clark [3] encontraron que el robo se utiliza como una respuesta a la injusticia percibida en el trabajo. Por ejemplo, un individuo puede justificar el robar material de oficina (aumentar los resultados) para compensar la inequidad.
Ante la inequidad percibida, las personas pueden emplear alternativas como las siguientes:
- Modificar sus insumos para que se equilibren con los resultados: reducir la productividad, aumentar el absentismo, esforzarse menos en alcanzar la calidad, …
- Cambiar los resultados para que coincidan con los insumos: robar, solicitar aumentos de sueldo, …
- Intentar influir en otros (sus referentes) para que aumenten sus aportaciones.
- Renunciar al puesto de trabajo y salir de la empresa.
Mecanismos Cognitivos
Con mayor dificultad de aplicación, ya que supone distorsionar las percepciones, requieren de menor esfuerzo que los anteriores.
Los mecanismos cognitivos desarrollan justificaciones para la inequidad. Estas pueden consistir en cambiar el referente de comparación, o en intentar percibir que los referentes poseen condiciones menos ventajosas (el otro gana más, pero tiene que madrugar más porque vive lejos del trabajo).
No todas las personas responden igual
Si bien los individuos responden de manera consistente a las situaciones de inequidad, hay diferencias psicológicas en cuanto a la sensibilidad ante situaciones de inequidad.
Identificar a qué categoría pertenecen las personas le ayudará a prever cómo se sentirán y actuarán ante situaciones de inequidad.
Por ello, se han categorizado tres tipos de individuos (Huseman, Hatfield y Miles; 1987[4]):
- Benevolentes. Toleran las situaciones de equidad negativa. Muestran tendencias altruistas, esperando recibir poco a cambio.
- Sensibles. Responden en línea con la teoría de la equidad. Es decir, actúan para alterar la relación salidas/insumos, cuando esta es percibida como injusta, para restablecer el equilibrio respecto a los referentes. Experimentan sentimientos de angustia cuando la relación resultados/insumos es negativa para ellas, en comparación con otras. A su vez, tienden a culpabilizarse si se perciben sobrerrecompensadas.
- Intitulados. En contraste con los anteriores, estos se consideran con el derecho superior a la sobrerrecompensa. Piensan que lo valen. Tienen un alto umbral de inequidad, aceptando la inequidad positiva sin sentirse culpables.
Aplicando la Teoría de la Equidad
En primer lugar, conocer la teoría de la equidad ayuda a comprender cómo la inequidad genera desmotivación.
El objetivo, es conseguir un equilibrio entre insumos y resultados. Piense que, si la percepción de los individuos es de inequidad, se desmotivarán. En consecuencia, pueden dejar la empresa; o maniobrar para reducir la inequidad mediante un descenso de la productividad
Además, ayuda a tener en cuenta lo siguiente:
- El valor de los insumos y de los resultados varía entre personas. Fruto de estas diferencias, individuos con el mismo salario y capacidad pueden tener percepciones distintas sobre la equidad.
- Por otra parte, la mejora en las condiciones de un individuo, o grupo de individuos, puede ser percibida como inequidad por parte de otras personas. Por aquellas que las toman a aquellos como referentes. Evidentemente generará más problemas que beneficios.
- Las personas valoran el total de sus entradas y resultados. Por ello, alguien puede aceptar una compensación monetaria menor a cambio de horarios más flexibles.
- A su vez, no todas las personas responden del mismo modo ante la inequidad. Alguien sobre recompensado puede actuar para aumentar su contribución. Pero no siempre es así. Es posible que esa persona crea que recibe más porque vale más. De este modo, interioriza un sentimiento de superioridad. En ese caso, incluso puede disminuir el esfuerzo.
- Finalmente, un empleado que cree que está sobre recompensado puede aumentar su esfuerzo. Sin embargo, también puede ajustar los valores que atribuye a sus propios datos personales. Puede ser que él, o ella, interiorice un sentido de superioridad y disminuya así sus esfuerzos.
Las personas pueden valorar diferentes resultados. Mantenga una comunicación fluida con las personas. Solicíteles que le comenten qué valoran y qué compensaciones prefieren. A partir de esa información puede ofrecerles distintos beneficios.
Por otra parte, si bien en la teoría de la equidad la variable económica es generalmente la más importante, conviene no olvidar que hay otros elementos no económicos que afectan a la percepción de equidad por parte de algunos individuos.
Por ejemplo, estatus, mejores oficinas, reconocimientos, condiciones de horario y flexibilidad en el mismo, desarrollo profesional, … También son factores a tener en cuenta cuando se atiende a la motivación desde la mirada de la equidad.
Notas
[1] Adams, J. S. (1963). Wage inequities, productivity, and work quality. Industrial Relations, 3, 9-10
[2] Adams, J. S. (1965). Inequity in social exchange. In L. Berkowitz (Ed.), advances in experimental psychology pp. 267-299. New York: Academic Press
[3] Hollinger, R. C., & Clark, J. P. (1983). Deterrence in the Workplace: Perceived Certainty, Perceived Severity, and Employee Theft. Social Forces, 62, 398-418.
[4] Huseman, R. C., Hatfield, J. D., & Miles, E. W. (1987). A new perspective on equity theory: The equity sensitivity construct. The Academy of Management Review, 12(2), 222-234.