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Cómo se Puede Gestionar la Conformidad Social para Generar Innovación

por | 23-10-2018 | El Proceso de Equipo, Gestión de Equipos

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La conformidad social se refiere a la tendencia de un individuo a seguir las reglas o conductas implícitas del grupo al que pertenece. De este modo el individuo altera su opinión para adaptarse a las normas del grupo.

Las personas adoptan comportamientos de conformidad debido a las presiones sociales, porque tienen necesidad de adaptarse al grupo, de ser aceptadas. Por ello, mostrarán su acuerdo con las posiciones del grupo aun cuando no comparta dichas posiciones.

El clásico estudio de Asch (1951) muestra cómo las personas se ajustan a las presiones del grupo, dudando incluso de su propio juicio individual.

Este efecto puede influir negativamente al proceso de toma de decisiones de un equipo. Es el caso del pensamiento grupal, donde una decisión errónea, con consecuencias altamente negativas, puede ser adoptada aun cuando el equipo esté formado por personas altamente cualificadas, y se disponga de la posibilidad de tener información suficiente para elaborar un análisis correcto.

Puede evitar la conformidad en la toma de decisiones creando las condiciones para una completa participación, procurando que todos los miembros del equipo se sientan cómodos expresando sus pensamientos, sentimientos y juicios.

El Experimento de Conformidad Social de Asch

En la década de los 50, Solomon Asch realizó una serie de experimentos sobre conformidad social[1]. En ellos se estudió el grado en que las personas se comportan bajo la influencia de los grupos. Los resultados indicaron que los individuos tienden a ignorar la realidad y dar una respuesta incorrecta para mostrar su conformidad con el resto del grupo.

Estos experimentos consistieron en incluir a estudiantes “inocentes” en grupos a los que, según se informó a dichos estudiantes, estaban realizando una prueba de capacidad de visión.

En cada grupo se incluyó solo a un estudiante inocente; los demás estudiantes eran cómplices del investigador, y daban respuestas acordadas con este a fin de manipular la situación social, como parte del diseño experimental.

La tarea consistía en identificar qué línea, de entre un conjunto de ellas, era igual a otra que se presentaba aparte. El participante inocente debía identificar en voz alta la línea que se correspondía con la de comparación.

conformidad social - Experimento Asch

Pero los experimentadores dieron instrucciones a los cómplices en el sentido de formular respuestas incorrectas. Es decir, señalaban una línea equivocada.

Resultados

Asch encontró que el 76% de los participantes se conformaron al grupo señalando, al menos una vez la línea incorrecta: la que los cómplices habían identificado.

Los experimentos pusieron de manifiesto otras variables moderadoras. Así, la probabilidad de dar una respuesta incorrecta, pero conforme al grupo, era mayor en función del tamaño de este. Es decir, a mayor tamaño, más probabilidad de que el individuo de una respuesta de conformidad. Igualmente, es más elevada cuando las respuestas son públicas. Así, cuando se respondía privadamente (anotando en un papel la opción elegida) el grado de conformidad fue menor.

También encontraron que cuando estaba presente otra persona que disentía del grupo, la conformidad se reducía prácticamente a cero.

En las entrevistas posteriores a los ensayos, la mayoría de los sujetos informaron que realmente no creían en sus respuestas conformes; no obstante, habían expresado su acuerdo por el temor al ridículo o ser tildados como “peculiares”.

En algunos casos, afirmaron que llegaron a creer que las respuestas dadas por la mayoría eran correctas.

Las personas se conforman por dos razones: su deseo de integración en el grupo (influencia normativa), y la creencia de que el grupo está mejor informado (influencia informativa)

Grados de Conformidad en el Equipo

Los individuos con alta conformidad social definen los problemas y aportan soluciones ajustadas a las condiciones existentes, compatibles con las normas explícitas e implícitas del grupo. Tienden a hacer las cosas bien, pero no diferentes.

Son fiables y eficientes. Resuelven de manera convencional sin alterar las pautas establecidas. Buscan la estabilidad, se perciben como fiables y trabajan reforzando la cooperación, haciendo que el grupo se mantenga cohesionado.

Por su parte, las personas con baja conformidad social analizan los problemas desde una óptica que puede desafiar los convencionalismos. Resuelven de forma innovadora. No solo hacen las cosas mejor, sino de manera diferente.

Muestran menor disciplina, abordando los problemas desde perspectivas creativas. Desafían los planteamientos convencionales a la hora de abordar un problema. No se preocupan por la cohesión del equipo, pudiendo ser percibidos como poco fiables y escasamente prácticos.

Las tareas rutinarias les parecen tediosas. Desafían las normas del grupo y sus costumbres.

Los tipos anteriores no suelen aparecer en estado puro. Podemos hablar de tendencias que basculan hacia una forma u otra de conformidad, en grados que pueden ser significativos, pero difícilmente extremos.

Existe un tercer tipo: los conformistas moderados. Actúan como enlace entre los dos anteriores. Los líderes suelen estar en esta categoría.

Las personas se conforman por dos razones: su deseo de integración en el grupo (influencia normativa), y la creencia de que el grupo está mejor informado (influencia informativa).

Cada tipo tiene comportamientos útiles que pueden combinarse en una colaboración provechosa. Las personas con alta conformidad prefieren los objetivos convencionales. Las de conformidad baja, aquellos que impliquen trabajos innovadores.

Conformidad Social y Creatividad

La presión por ajustarse al grupo reduce la expresión creativa. Por consiguiente, serían las personas con baja conformidad social las que, con más probabilidad, generarían soluciones creativas al tener menos efecto en ellas la conformidad normativa.

No obstante, la conformidad social puede incrementar el desempeño creativo. Piense, por ejemplo, en el caso en que la presión del grupo se dirija, precisamente, hacia la generación de ideas creativas. Es decir, que las normas del grupo se orienten hacia la creatividad, presionando a sus miembros para que fueran creativos en sus planteamientos y soluciones aportadas.

En otras palabras, el grupo puede establecer normas y condiciones bajo las cuales la presión de conformidad fomente la expresión de ideas creativas y la libertad para disentir.

Por ejemplo, una norma que estimule la expresión de ideas discrepantes. Al estar los miembros del equipo de acuerdo, quienes estimen que el disenso debe ser silenciado se sentirían presionados ante el temor al rechazo.

La conformidad puede ser utilizada como un medio para reforzar normas individualistas que fomenten la creatividad

La conformidad social puede ser utilizada para facilitar la expresión de ideas en grupos compuestos por personas que no son muy creativas. En este sentido, Goncalo y Duguid[2] encontraron que personas menos creativas, presionadas para seguir una norma individualista, eran tan creativas como aquellas con alta creatividad que seguían la norma individualista por voluntad propia.

Sugieren, a su vez, que las personas más creativas serían adecuadas en las primeras etapas de exploración de un problema; mientras que las personas de menor creatividad serían más aptas en la fase de implementación de las soluciones creativas.

¿Importar el talento o generar sistemas que produzcan soluciones extraordinarias?

En la competencia por disponer de personas talentosas en las organizaciones, estas frecuentemente fichan a individuos con talento.

Sin embargo, otra orientación alternativa consiste en gestionar la creatividad y la innovación provocando la creatividad mediante la presión de conformidad.

Ambas posturas son válidas en función de la situación. Y pueden combinarse. De otro lado, empresas que valoran la creatividad pueden resultar atractivas para personas con alta creatividad, que verían en esas organizaciones la posibilidad de desenvolverse en un ambiente adecuado para ellas.

Una cultura de apoyo a la innovación, produce más innovación

Cadwell y O’Reilly[3] analizaron el papel de los equipos de trabajo en el estímulo de la innovación. Identificaron cuatro normas de la organización que favorecen la innovación:

  • Apoyo a la asunción de riesgos.
  • Tolerancia a los errores.
  • Fomento del trabajo en equipo.
  • Implementar decisiones rápidamente

Notas:

[1] Asch, S. E. (1951). Effects of group pressure upon the modification and distortion of judgment. In H. Guetzkow (ed.) Groups, leadership and men. Pittsburgh, PA: Carnegie Press.

[2] Goncalo, Jack & M Duguid, Michelle. (2012). Follow the Crowd in a New Direction: When Conformity Pressure Facilitates Group Creativity (And When It Does Not). Organizational Behavior and Human Decision Processes. 118. 10.1016/j.obhdp.2011.12.004.

[3] Caldwell, D. F., & O’Reilly, C. A. III. (2003). The determinants of team-based innovation in organizations. The role of social influence. Small Group Research, 34(4), 497-517

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