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La estructura Afirmación-Evidencia constituye un eficaz enfoque para el diseño de diapositivas PowerPoint, que respeta los principios del aprendizaje multimedia facilitando la comprensión del contenido de la presentación.
El binomio aserción-evidencia forma parte, junto con el razonamiento, del proceso de argumentación, con el que se pretende probar, refutar o justificar una proposición.
Así, la afirmación consiste en una aseveración que el orador pretende defender. Para ello, planteará datos verificables, estadísticas, ejemplos o información que aporte la clara certeza, la evidencia, que pruebe dicha afirmación. A partir de ahí, y a través del razonamiento, el ponente establecerá la conexión afirmación-evidencia que justifique el apoyo a la afirmación.
Esta estructura lógica es utilizada como alternativa al tradicional diseño de diapositivas, el que se suelen situar un encabezamiento, acompañado de una serie de viñetas o puntos que desarrollan un texto más o menos explicativo.
Esta forma habitual de abordar el diseño de presentaciones se ha mostrado ineficaz al no respetar los principios del aprendizaje multimedia, impidiendo el desarrollo de presentaciones capaces de facilitar la comprensión y el recuerdo del material expuesto.
Sin embargo, el enfoque afirmación-evidencia posee un alto grado de eficacia, mejorando la comprensión de los contenidos de una presentación de forma altamente significativa en comparación con las diapositivas construidas según los patrones habituales (Wolfe, 2013 [1]).
Una diapositiva construida con el enfoque Afirmación-evidencia sustituye el título de encabezamiento habitual, dirigido generalmente a identificar el tema, por una frase corta que sintetiza la afirmación principal de la diapositiva. Esta aserción puede referirse a un resultado, una definición o una suposición.
Si usted se limita a enunciar un tema, sin decir nada más sobre él, pierde la oportunidad de formular una aseveración que predispondrá a la audiencia a confiar más en su argumento.
Por otra parte, cuando utiliza un encabezado de este tipo, usted se está obligando a formular con nitidez cuál es el propósito de la diapositiva, lo que realmente quiere transmitir. Si no encuentra dicho propósito, óbviela ya que no aportará valor.
La frase de afirmación es el primer componente. Es el mensaje y se sitúa al principio, ya que posee más fuerza y concita mayor atención que si la coloca en el cuerpo de la diapositiva. Este mensaje, en forma de titular, informa desde el principio sobre la conclusión, resultado, suposición, … En definitiva, no dejamos a la interpretación de la audiencia el sentido de la diapositiva: la afirmamos desde un principio, lo que hace que la idea sea más fácil de aceptar por la audiencia.
A continuación, como segundo elemento del binomio, deberá situar la evidencia que apoya y explica el mensaje expuesto en el título. Tal evidencia ha de ser visual; imágenes, diagramas, gráficos o tablas. También palabras, pero solo cuando es imprescindible para la mejor explicación de la evidencia.
Tipografía
- Para el título del mensaje principal, es recomendable utilizar un tamaño de letra de 28 puntos con un tipo de letra sans serif y en negrita. Este tamaño es suficiente para la lectura por parte del todo el auditorio de una sala media. Además, permite que se utilicen otros tamaños inferiores (24-18 puntos), pero legibles, si se va a utilizar texto en el cuerpo de la diapositiva (Alley y Neely, 2005 [2] ) .
- El titular constará de una o dos líneas a lo sumo, intentando mantener las frases unidas y evitar que en la segunda línea queda aislada alguna palabra (Alley, 2003 [3]).
El diseño aseveración-evidencia se caracteriza por un encabezado con una oración concisa, respaldado por evidencia visual.
La figura 1 muestra una diapositiva según el uso habitual de
PowerPoint. En ella, el título informa del tema que se va a tratar. Aparecen también
las clásicas viñetas, con el texto correspondiente explicativo de la tabla de
resultados adjunta. Presenta también algunos aspectos inconvenientes, como el
color de fondo que reduce el contraste con el texto y la sobrecarga del canal
verbal que supondrá la lectura del texto por parte del ponente, cuando dicho
texto ya aparece en la diapositiva.
La figura 2 ya utiliza un formato propio del enfoque Afirmación-evidencia. En ella, el título refleja directamente el resultado a exponer.
El primer principio de las diapositivas afirmación-evidencia es expresar los titulares como mensajes, no como temas
También se han eliminado las viñetas y los textos, de forma que será el ponente quien explique el contenido. Aparece un gráfico; este contenido visual contiguo al título, combinado con la explicación, favorece la comprensión y el aprendizaje.
Al mismo tiempo, el fondo negro y las letras blancas producen un contraste que coadyuva a una mejor percepción y consiguiente procesamiento de la información por parte de la audiencia (ver artículo sobre combinación de los colores en las presentaciones con diapositivas).
Estos aspectos son consistentes con los principios del aprendizaje multimedia, algo característico del punto de vista afirmación-evidencia, como veremos más adelante.
Un segundo principio consiste en apoyar el mensaje con evidencia de tipo visual
Aparte de la lógica argumentativa que subyace en el enfoque Afirmación-evidencia, su consistencia con los principios del aprendizaje multimedia constituye un poderoso punto fuerte.
En primer lugar, acompañar la información verbal con gráficos e imágenes facilita el aprendizaje, según el principio multimedia. El título en forma de mensaje es la primera parte de la diapositiva; la segunda, el elemento visual que se utiliza para evidenciar la aserción del mensaje.
En una diapositiva afirmación-evidencia también opera el principio de señalización, que indica un aprendizaje superior cuando se resalta el material esencial, lo que sucede al utilizar un título que expresa un mensaje claro.
También se cumple con el principio de contigüidad, según el cual aprendemos mejor cuando la información no está dividida. Así, palabras e imágenes han de presentarse cercanas, y no alejadas entre sí, ni espacial ni temporalmente. La cercanía del título y la imagen es coherente con la contigüidad espacial. Y el hecho de que ambas se presenten simultáneamente, con la contigüidad temporal.
Por otra parte, despojar de texto al cuerpo de la diapositiva, evitando que una misma información se presente repetidamente, se relaciona con el principio de redundancia. Este principio establece que el material redundante hace más difícil el aprendizaje, lo que sucede cuando el texto escrito es verbalizado también por el ponente.
De esta forma, es recomendable la presentación mediante narración oral, en vez de utilizar el texto escrito para que sea leído por el público, lo que nos lleva a cumplir también el principio de modalidad.
Otra característica de las diapositivas de estilo afirmación-evidencia es la eliminación de cualquier material irrelevante para el objeto de la presentación. Este accionar cumple con el principio de coherencia, que sugiere eliminar todo material extraño que no añade valor real a la exposición.
Finalmente, se atiende al principio de segmentación que establece que la comprensión y el aprendizaje mejoran al presentar el material en fragmentos pequeños, facilitando el procesamiento de la información al reducir la carga cognitiva.
Por ejemplo, la diapositiva de la figura 3 presenta algunas características consistentes con el aprendizaje multimedia, pero adolece de algunos defectos.
Por ejemplo, el título está formulado en forma de tema, lo que no aporta información sobre el resultado que se quiere mostrar. Y, desde el punto de vista de la segmentación, expone dos conclusiones al mismo tiempo.
En las figuras 4 y 5 se aprecia como el contenido de la figura 3 se ha segmentado en dos, al tiempo que se han resuelto las deficiencias, desde el punto de vista del aprendizaje multimedia.
Si bien este enfoque surgió en el contexto de las presentaciones técnicas y científicas, su uso puede extenderse a otros ámbitos, como el de la formación en general y el de las conferencias en cualquier tipo de profesión.
Hay que reconocer que implica un cierto grado de esfuerzo, sobre todo si usted ya tiene una colección de presentaciones elaboradas al “modo tradicional”. En este caso, puede modificarlas poco a poco. Observará como cada vez le resulta menos complicado.
Ciertamente, elaborar estas diapositivas requiere comprender muy bien lo que se va a exponer. Pero cuando usted hace una presentación es porque se supone que conoce bien el tema. Deje a un lado, por tanto, las viejas costumbres de añadir a sus diapositivas viñetas y texto para que le sirvan de guía. Este guion puede tenerlo disponible en la misma diapositiva, en el espacio de comentarios y, en todo caso, debe evitar leer y leer los puntos y apartados mientras da la espalda al auditorio.
En realidad, si usted incorpora esta metodología de diseño de diapositivas, se obliga a llevar a cabo una preparación exhaustiva de su intervención en público. Después, cuando la desarrolle, sentirá más seguridad, y esto lo transmitirá a su público. Pero no solo es cuestión de sentir más confianza, lo cual es muy importante, es que realmente sus presentaciones fluirán mejor, llegará mejor a su audiencia, esta le comprenderá mejor, recordará más del contenido de su explicación y, consiguientemente, usted cumplirá de forma óptima sus objetivos.
Es posible que no todas sus diapositivas se presten a este enfoque, pero eso no impide que lo aplique siempre que le sea posible. ¡Sea imaginativo!
[1] Wolfe, K.L. (2013). Assertion-evidence Presentation Approach Leads to Better Comprehension and Retention of Complex Technical Concepts.
[2] Alley, M. y Neeley, K. (2005). Rethinking the Design of Presentation Slides: A Case for Sentence Headlines and Visual Evidence. Technical Communication. 52. 417-426.
[3] Alley, M. (2003). The craft of scientific presentations : critical steps to succeed and critical errors to avoid. New York: Springer.
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